¿Eres el gerente de una empresa? ¿Dueño de tu propio negocio? ¿Emprendedor? Si la respuesta es afirmativa, y sin importar el tamaño de tu proyecto, es importante identificar si hemos logrado resultados positivos (ganancias) o negativos (pérdidas) durante un cierto período. Y para eso usamos el Estado de resultados.
El objetivo por perseguir de toda empresa mediana o pequeña siempre será el mismo: maximizar las utilidades. Sin embargo, para poder lograrlo hacen falta herramientas confiables que permitan una buena toma de decisiones y para eso precisamente están los estados financieros.
Un estado financiero nos ayuda a tener una mejor visión de los recursos con los que cuenta nuestro negocio, la rentabilidad y otros aspectos importantes que son necesarios para tener un mejor control de lo que sucede en la dinámica de la entidad.
Una de estas herramientas financieras de gran valor es el estado de resultados, que tiene como objetivo hacer una radiografía de la realidad de la organización, para así poder tomar posteriormente decisiones que hagan crecer la rentabilidad de las operaciones comerciales.
¿Qué es un estado de resultados?📘
El estado de resultados es también conocido como estado de ganancias y pérdidas. Es un reporte financiero que muestra de manera minuciosa la situación de la empresa, es decir, si obtuvo ganancia o pérdidas en el ejercicio de un ciclo contable.
Hay tres importantes elementos que conforman este reporte financiero: los ingresos, los costos y los gastos.
Las principales cuentas del estado de resultados son:
- VENTAS: hace referencia al ingreso por las ventas que se han generado en un periodo determinado de tiempo.
- COSTO DE VENTAS: esta cuenta refleja el costo de producir un artículo para la empresa en un periodo contable.
- UTILIDAD O MARGEN BRUTO: la utilidad es el resultado de la diferencia que existe entre la venta y el costo de venta. También se le denomina margen bruto porque indica cuánto fue la ganancia por la venta del producto, sin tomar en cuenta los gastos asociados.
- GASTOS DE OPERACIÓN: el mismo engloba todos los gastos que se producen directamente durante las operaciones de la empresa. Aquí hay que incluir los gastos por servicios como la luz o el agua, alquiler e incluso los salarios de los empleados y los gastos de venta.
- UTILIDAD SOBRE FLUJO: esta cuenta mide las ganancias que tiene la empresa, pero sin tomar en cuenta los gastos financieros y los impuestos. Estos gastos no tienen que ver con la salida de dinero real de la empresa.
- DEPRECIACIONES Y AMORTIZACIONES: estos importes disminuyen el valor contable de los bienes tangibles usados para llevar a cabo las operaciones empresariales; por ejemplo, el uso de un vehículo.
- UTILIDAD DE OPERACIÓN: el mismo refleja la ganancia o pérdida de la empresa en función a sus actividades productivas. Este resultado se obtiene al sustraer la diferencia existente entre las depreciaciones, amortizaciones y la utilidad sobre flujo.
- GASTOS Y PRODUCTOS FINANCIEROS: como su nombre lo indica, son los diferentes gastos que la compañía tiene, pero que no están relacionados de manera directa con las operaciones. Un ejemplo de estos gastos son los pagos de intereses bancarios.
- UTILIDAD ANTES DE IMPUESTOS: es referido a la ganancia o pérdida de una empresa después de cumplir con sus compromisos tanto operacionales como financieros.
- IMPUESTOS: son aquellos tributos sobre las utilidades que la empresa paga al Estado.
- UTILIDAD NETA: representa toda ganancia o pérdida final que la empresa obtenga como resultado de sus operaciones anuales. Por esto último entendemos los gastos operativos, financieros y el pago de los impuestos.
Gracias al estado de resultados podemos tener una “visión panorámica” de los ingresos, así como los gastos que debemos considerar para que la empresa cumpla con las obligaciones adquiridas, se expanda financieramente y evite futuras pérdidas.
Para qué sirve el estado de resultados y cómo impacta en una empresa 🤓
Un estado de resultados nos permite medir y analizar diversos parámetros que, al ser evaluados correctamente, nos dan una mejor idea de la rentabilidad de la organización. Este reporte cuando se compara con otros informes contables básicos, como el balance general o el estado de flujo de efectivo, es de mucha utilidad. Te mencionamos cinco razones:
- Podemos realizar una evaluación exacta sobre el desempeño operativo de la empresa en un periodo determinado y así conocer la real capacidad de generar utilidades. Del mismo modo, cuando nos planteamos como objetivo una mayor optimización de los recursos para mejorar las utilidades, este reporte es una herramienta muy valiosa.
- ¿Cuánto dinero estamos invirtiendo en comparación con aquel que estamos ganando? El estado de resultados nos dará una respuesta a esta interrogante.
- Al momento de repartir los dividendos, el estado de resultados ofrece una mejor visión de los ingresos, ya que de estos van a depender las utilidades generadas en un tiempo determinado.
- Podemos hacer una mejor estimación de los flujos de efectivo, pudiendo así realizar proyecciones de las ventas de forma completa y precisa.
- El estado de resultados permite identificar debilidades, específicamente aquellas partes del proceso financiero que están consumiendo mayores recursos económicos. Esto es posible al analizar los márgenes de venta de cada rubro, dándonos así una mejor perspectiva sobre la eficacia operacional de la empresa.
¿Por qué es importante tener un reporte real y automatizado de este estado?
El estado de resultados es de vital importancia para cualquier negocio ya que es un elemento de apoyo a la gestión. Al brindar información de valor permite la aplicación de una planificación estratégica eficiente y que consiga resultados en el pequeño, mediano y largo plazo.
Esta es la razón por la que adquirir un software puede convertirse en una buena herramienta para cumplir con los objetivos empresariales. Gracias a su carga y gestión de datos automático, podemos tener al día todas las cuentas y archivos. También con estos sistemas, se minimiza el riesgo de incurrir en errores en sus resultados, garantizando que siempre se pueda recurrir a este informe de manera mensual, trimestral y anual.
Tener esta herramienta automatizada es de inmenso valor para el área de la gerencia, ya que permite una mejor eficiencia de la gestión y aporta una información detallada sobre los resultados obtenidos por la compañía.
Con un reporte automatizado hay un mejor conocimiento de los recursos de la entidad. Al tener una idea más clara de los gastos en algunas áreas, y los beneficios de otras, es posible crear y diseñar mejores estrategias para corregir los errores de las operaciones de la empresa y a la vez aprovechar las fortalezas.
Otra ventaja de tener un software financiero enfocado al control es que resguarda de una mejor manera las cuentas y archivos, incluso en el caso de que las herramientas electrónicas usadas, como una computadora, se dañen y haya una pérdida de los datos en su disco duro.
Finalmente, el uso de un software ahorra tiempo. No es lo mismo tener que armar un reporte mes a mes que hacer unos pocos clics y tener un informe detallado y organizado, adaptado a las operaciones particulares de la empresa.
Algunas consideraciones💪
Como hemos visto, el estado de resultados, nos permite tener una visión más organizada y transparente sobre el estado de nuestras finanzas. También nos ayuda a evaluar los resultados y a aprender de estos para así tener la capacidad de mejorar en el período siguiente.
Para aquellas personas encargadas del manejo de las empresas, es una importante fuente de información a la hora de conocer la rentabilidad, facilitando así la comparación mensual o anual sobre el rendimiento de la organización.
Es importante considerar un registro de estos reportes de manera automatizada, siendo recomendable poseer un software que permita comparar los datos y conocer los resultados sin perder tiempo y esfuerzo en organizar los documentos de manera manual. Lamentablemente, este tipo de tareas suele ser imprecisa y puede llevarnos a cometer errores al momento de interactuar con cifras.
Un estado de resultados es en sí una garantía en el caso de negociar créditos con entidades bancarias e inversores y, finalmente, es una fuente de soporte a la hora del pago de intereses periódicos permitiendo tener una solvencia frente a las deudas y compromisos financieros.