Este artículo puede que aparezca un poco atrasado, estando ad-portas de cumplir 2 años con esta pandemia y todo lo que ha pasado en este tiempo. Polémicas por las vacunas y anti-vacunas, una nueva variante, terceras dosis y empresas ya adoptando definitivamente la modalidad remota como su principal forma de trabajo o al menos una variante con los formatos híbridos.
No voy a detenerme en el detalle o escribir mucho sobre el trabajo remoto en sí, sus beneficios, casos de empresas exitosas o grandes que lo adoptaron, etc. Creo que en Google hay harta info de eso.
Un caos totalmente hermoso
Si quiero hablar desde mi experiencia (entrando en un modo un poco personal) lo caótico y lindo que ha sido vivir el trabajo remoto con dos hijos, una perrita de menos de 2 años y una gata de menos de un año….sí, prácticamente son 4 niños en la casa. Desde el año pasado cuando empezó todo esto, con la rucia nos enfrentamos a algo totalmente incierto como familia.
Ella embarazada y tratando de descifrar como poder entretener a un montón de niños de playgroup (aprox. 4 – 5 años), una perra que aún se portaba horrible, yo entrando en un modo incertidumbre por mi pega por que en aquellos tiempos estaba en Cabify (no sabíamos que iba a pasar con todos los usuarios y conductores).
Ah! Por si acaso, la rucia es mi esposa. No acostumbro a presentarla de esa manera, porque que boomer y cliché.
Volviendo a la incertidumbre. Estábamos entrando en un modo totalmente extraño, en que sí o sí nos íbamos a ver 24/7 en facetas que no acostumbrábamos como el trabajo. Ella no entendía que clase de idioma hablaba en las reuniones con los datos, bases, plataformas y cosas estilo matrix. Lo mismo por mi lado, y sigo sin entender la paciencia nivel Yoda para mantener entretenidos a un montón de niños en sus clases virtuales.
Mientras todo esto pasaba, Borja nuestro hijo mayor tenía poco más de un año y su única preocupación y que lo sigue siendo, es jugar. Pero ahora nos tenía a los dos en la casa todo el día entonces ya era lo mejor que podía pasarle. Y aquí comienza lo que llamo un “caos hermoso”.
¿Por qué caos? Imagínate coordinar reuniones, comidas de Borja, cambios de pañales, otras reuniones y entre medio jugar con él, y entrenar a un cachorro de menos de un año, era prácticamente una locura.
¿Pero por qué es hermoso? El ver crecer a tu hijo y lo feliz que está teniéndote en la casa todo el día, de verdad es impagable.
Llegó la nación de Chipax
Haciendo un fast forward hacia diciembre del 2020 cuando Pipe y Toni me entrevistaron, y terminé siendo parte de este equipo hermoso, este caos aún continuaba. Pero se había sumado un nuevo integrante hace pocos meses: mi hijo menor, Xavier. Ahora todo era más coordinación con dos hijos chicos, pero ya con un poco más de libertad con las fases todo fue un poco más fácil (o al menos nosotros teníamos esa sensación).
Yo ya había tomado la decisión de quedarme en un lugar 100% remoto, porque quería seguir viviendo esto. Como mencioné, ver crecer a la familia no tiene comparativa alguna y Chipax me entregaba esta oportunidad, entonces todo fluyó hacia que nos encontráramos en el camino de acompañar y ayudar a las Pymes a ordernarse.
Estoy seguro que cuando los enanos entren al colegio, van a poder contar que su papá trabaja desde la casa y creerse la sensación del bloque porque pueden jugar conmigo cuando quieran o incluso colarse en las reuniones con el equipo de Chipax y saludar como lo han hecho ya varias veces.
Para ir cerrando, les dejo un tremendo meme que hace no mucho envió Pipe en el que explica gráficamente cómo es tener una reunión en mi casa:
Soy un real agradecido del trabajo remoto y todo el caos hermoso que implica para todos los papás y también agradezco un montón que Chipax me de esta oportunidad de estar con los míos cerca siempre.