¿Tu emprendimiento va bien y es hora de llevarlo al siguiente nivel? ¿Estás en un sitio que no quieres y con un empujón mejorará? Cualquiera de estas interrogantes plantea el escenario de que llegó la hora de invertir. Por eso, nuestros amigos de Clever que son unos cracks en inversiones, nos comparten una guía para clasificar los tipos de inversión en una pequeña y mediana empresa.
Pero antes, ¿cómo evaluar la inversión?
Tomar buenas decisiones juega un papel fundamental en el futuro de tu emprendimiento. Una mala inversión puede ser igual de dañina que no invertir en el desarrollo de tu negocio.
Por eso, es importante evaluar si la implementación de la estrategia será realmente beneficiosa para tu empresa. Cuando se trata de inversiones al producto, de gestión o expansión, se debe tener en cuenta si hay razones fundadas para que la implementación del proyecto genere un beneficio, ya sea evaluando si existe una oportunidad real en el mercado, interés de los clientes, o si está bien planteada la expansión de la empresa.
Si tu financiamiento es en base a créditos, es importante considerar bien los gastos. Uno de los métodos más utilizados es calcular el tiempo que tardarás en recuperar la inversión.
¿Qué opciones tienes para invertir?
Una opción de financiar los proyectos es buscar rentabilizar las utilidades que genera tu emprendimiento o empresa, y hoy día hay varias startups en las que puedes probar.
Como recomendación general, se puede recurrir a instrumentos de perfil conservador en fondos que el negocio podría requerir en menos de un año, ante eventualidades. Por ejemplo, destinando parte de tu caja, siempre y cuando no comprometa apartados críticos, como el pago de sueldos o flujos de compra-venta.
Por otra parte, en proyectos a largo plazo, o para contar con activos a futuro, puedes recurrir a estrategias más arriesgadas, basadas en renta variable. Ante cualquier situación no prevista, es ideal recurrir a estrategias que permitan un rescate rápido y sin costos de los fondos.
Una de las posibilidades surgidas el último tiempo son los robo advisors, que permiten invertir de manera digital en fondos mutuos según el perfil de riesgo del inversionista. Clever, la plataforma de inversiones de BICE, es una buena opción porque te permite hacerlo sin comisiones por aportes y retiros y desde el monto que desees.
Ahora, si lo que buscas es invertir en mejoras de tu negocio, te detallamos cuales son las posibles áreas de inversión en tu emprendimiento:
- Invertir al producto: esta inversión se realiza para mejorar la cartera de productos que ofrece tu emprendimiento. Ya sea para diversificarlos o aumentar su disponibilidad. Esta se realiza, generalmente, cuando se evidencia un interés de los clientes por otros productos directamente relacionados al modelo de negocio.
- Invertir para renovación: A veces, para mantener o mejorar la productividad, es hora de realizar un mantenimiento. Ya sea nuevos implementos electrónicos, un mostrador, un vehículo con mayor capacidad o tu sitio web. Estos pequeños cambios te pueden ayudar para sostener el ritmo de tu pyme.
- Invertir para acciones de gestión: esta inversión no siempre es la más vistosa ni la que tiene un impacto inmediato. Pero a la larga, bien ejecutada, puede tener grandes beneficios. Se realiza para intervenir las tareas de gestión y así mejorar la eficiencia y rentabilidad del emprendimiento. Generalmente se expresa en sumar labores estratégicas, de coordinación, nuevo personal, o automatizar procesos.
- Invertir en expansión: Se relaciona a las necesidades de crecimiento de un emprendimiento. Se basa en aumentar la capacidad productiva, extender líneas de producto, pujar en nuevos mercados o abrir nuevas sucursales. En general, es la meta que requiere una mayor inversión, y sus repercusiones son las más notorias para la empresa. Tanto a nivel administrativo como funcional del negocio.
- Invertir en estrategias de imagen: se parecen a la inversión en producto, pero no siempre se liga a una mejora tangible, sino que puede ser de imagen. Por ejemplo, puede ser mejorar o implantar certificaciones ambientales, de seguridad o culturales de la empresa. Algunas ideas podrían ser: adquirir empaques sustentables, productos que mejoren las condiciones de los trabajadores, campañas de marketing, etc.